Para participar en la actividad de samurais ,he propuesto a mis nanos realizar una pequeña historia ,
dicen que hagas lo que hagas si despiertas la imaginacion de un niño as triunfado , yo me siento realizadisimo , son mi pequeño orgullo.
Kenata
Una vez vivió en la antigua China un samurái diferente a sus compañeros. El
se llamaba Kenata, al ver su forma de pelear los sacerdotes comentaban:
-¡Esa espada se la otorgaron los divinos dioses de la naturaleza
occidental!
Un día Kenata decidió hablar con el gran mago de su villa y así le
preguntaría si era verdad lo que decían los sacerdotes y curas de otras villas
al verle luchar.
-¿Es verdad aquello que cuentan los sacerdotes de los pueblos vecinos?
-Puede que tengan razón, cuenta una leyenda muy antigua que aquel con gran
habilidad para luchar tendría que aprender una forma de lucha, es decir:
samurái, guerrero, mago, sacerdote o ladrón. Si yo fuera tu elegiría samurái es
una técnica que dominarías más fácilmente que otras personas del mundo, ya que
has nacido en China, que está cerca de Japón y quien nace en un país que este
cerca de Japón será un maestro de los samuráis. Además un viejo pueblerino
procede de Japón y se rumorea que sabe el arte samurái puede que él te pueda
ayudar.
-Iré a visitarle, muchas gracias.
Gracias a la información que le dieron los pueblerinos, pudo descubrir todo
lo que necesitaba saber sobre el hombre venido de Japón.
A la mañana siguiente, después de desayunar rápidamente, Kenata se dirigió
hacia la casa del hombre del que hablaba el gran mago que vivía en su villa.
Kenata toco una rígida puerta de madera y una grave voz dijo desde dentro
de la casa:
-¿Quién es?
-Me llamo Kenata -se presentó- tengo entendido que usted es de Japón.
-¿Qué quieres chico?- volvió a preguntar la misma voz desde dentro de la
casa que tenía Kenata enfrente.
-Quiero que me enseñe el arte samurái
-Estoy demasiado viejo para esa cosa, pero bueno pasa, te intentaré ayudar.
La puerta se abrió con un chirrido insoportable, y un hombre con un kimono
amarillento le invito a pasar a la pequeña casa de madera.
Kenata no se lo pensó dos veces y acepto la invitación de aquel anciano,
que tendría uno 80 años.
El interior de la casa parecía más grande de lo que aparentaba por fuera.
En la habitación principal de la casa, era el salón en el que había dos mesas,
en una de ellas estaba la tele y en otra un jarrón con cuatro flores amarillas,
alrededor de la mesa con el jarrón había cuatro sillas, una a cada lado y por
ultimo en la pared, había un cuadro en el que aparecía el hombre venido desde Japón, con nos
adolescentes más jóvenes que él.
-Intentaré enseñarte algo, pero tienes que hacerme una promesa: los
alemanes están planeando atacar a Japón y quiero que tú dirijas al ejército
japonés y que luches junto a él.
-Te lo prometo.
Fue un año duro de entrenamiento, el adiestramiento de un samurái podía
durar hasta siete años pero gracias a que Kenata aprendía rápido, solamente
duro un año.
Unas semanas después empezó el ataque alemán y el entrenador de Kenata le
dijo esto:
-Ha empezado la guerra entre Alemania y Japón debes partir hacia la guerra
yo me encargare de avisar al rey de Japón que tu dirigirás a su ejército.
-Muchas gracias, te agradezco todo lo que me has enseñado en todo este año.
-Ahora debes irte te he dejado un caballo en la entrada de la aldea, cuando
llegues al puerto debes coger el barco que está atracado en la segunda vía,
¡mucha suerte!
-¡Adiós!
Después de decir estas palabras, Kenata salió de la casa, y siguió las
instrucciones que le dio su maestro. En el puerto un anciano de bigote gris le
recogió, decía que hablaba en nombre de Japón entera y que le debería acompañar
para llegar al lugar donde se iba a desarrollar la guerra en unas 10 horas.
Kenata siguió a aquel anciano con paso firme, admirando las maravillosas
construcciones que se encontraban en aquella villa.
Había llegado la hora, el ejercito de Japón en frente del ejercito de
Alemania. Kenata espero el momento oportuno, y con un gran grito ordeno a sus
soldados que atacaran.
Fue una guerra intensa, duro 2 días. El ejército japonés había salido
victorioso, lo cual no esperaban el ejército japonés. Kenata fue declarado rey
y reino con gran sabiduría durante muchos años.
Iker Hidalgo
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