jueves, 12 de abril de 2012

Infanteria britanica en Rorke creed 2 parte

No obstante para dificultar las cosas al teniente Chard, el contingente nativo de la base desertó cuando constató que los zulúes se acercaban, quedando la guarnición reducida a 80 hombres útiles y 35 enfermos, y el contingente zulú que se acercaba estaba compuesto por 4.000 zulúes al mando del Príncipe Dabulamanzi, estos guerreros habían formado la reserva en la batalla de Isandlwana, por lo que no habían participado en la batalla cubriéndose de gloria, estaban furiosos y cuando se enteraron que en el barranco de Rorke's Drift había soldados británicos, decidieron marchar allí, sin órdenes para lavar los venablos (escudos) con sangre británica.




Línea de fuego británica en la batalla de Isamdlwana 22 de enero de 1879



Loa ataques se sucedieron a partir de las cuatro de la tarde, y continuaron toda la noche, los zulúes atacaron con arrojo y valentía, sin hacer caso a las bajas que sufrían por el fuego de fusilería británico, pero no conseguían encontrar ningún hueco, que Chard había montado un perímetro defensivo impenetrable y no había ningún hueco por donde meterse.

Los zulúes intentaron entrar en el hospital desde el tejado, penetraron en el y esto dio paso a un sangriento cuerpo a cuerpo entre los enfermos del hospital y los zulúes, al final los enfermos tuvieron que evacuar el hospital en una salida casi épica. En las alturas de Oscarberg, las cuales dominaban Rorke's Drift, los zulúes apostaron tiradores con los que hostigar a la guarnición, pero armados con rifles anticuados y siendo tiradores mediocres la guarnición no sufrió mucho, aunque tuvieron unos cuantos muertos y heridos como consecuencia de esta acción.




La presión zulú no cejaba y los británicos tuvieron que marcharse a la segunda línea de defensa, la noche cayó y los zulúes siguieron hostigando a los británicos con denuedo, pero los británicos tuvieron un nuevo aliado, ¡el fuego!, el hospital esta ardiendo, y no dejó de arder en toda la noche, los zulúes amparados en la noche intentaban efectuar incursiones en el puesto británico, pero gracias al fuero, eran vistos desde la distancia, y todo ataque perpetrado por los zulúes era descubierto enseguida y respondido con fuego de fusil. Al amanecer los británicos en una noche terrible, faltos de sueño y con sed, esperando al alba el ataque de los zulúes estaban fatigados y con temor ante el siguiente ataque zulú, pero para sus sorpresa, al amanecer los zulúes se retiraron, dejando en el campo de batalla 350 muertos a los que se unirían otros tantos en los días siguientes como consecuencia de las heridas recibidas, por lo tanto se puede decir que los zulúes sufrieron unos 600 muertos en la batalla.




Los británicos solo sufrieron 17 muertos y 10 heridos, demostrando una valentía sin precedentes, de hecho se concedió a los supervivientes 11 cruces Victoria, nunca se concedió en acción ni en el futuro, tan alto número de condecoraciones de este tipo.

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