lunes, 23 de abril de 2012

Panzer VI Tiger


Panzer VI Tiger

Fue una respuesta a la inesperadamente formidable fuerza blindada de la Unión Soviética encontrada en los primeros meses de la Operación Barbarroja, particularmente en los T-34 y KV-1.

Mientras que el Tiger I era temido por la mayoría de sus oponentes, era técnicamente complicado, usaba materiales y métodos de producción caros y de trabajo intensivo, consumiendo mucho tiempo de producción. Sólo fueron fabricados 1.347 ejemplares entre agosto de 1942 y agosto de 1944. El Tiger era propenso a ciertos tipos de fallos en las orugas e inmovilizaciones, sin embargo, en general era mecánicamente fiable pero caro de mantener y complicado de transportar debido a sus ruedas de apoyo superpuestas y entrelazadas. En 1944 se dejó de producir en favor del Tiger II.

A día de hoy, solo un puñado de Tigers sobreviven en museos y exposiciones.La fecha escogida para los nuevos prototipos fue el 20 de abril de 1942, el día de cumpleaños de Hitler.

Porsche y Henschel enviaron sus diseños del prototipo y fueron comparados en Rastenburg. El diseño de Henschel fue aprobado pero debía utilizar la torreta del diseño de Porsche. La producción del Panzerkampfwagen VI Ausf. E comenzó en agosto de 1942. En ese momento, se pidieron 90 de la versión de Porsche, que no fueron usados sino convertidos en el Panzerjäger Tiger (P), también conocido como Ferdinand, y tras las órdenes de Hitler del 1 y 27 de febrero de 1944, como Elefant.

El Tiger estaba en su fase de prototipo cuando se apresuró a entrar en servicio, y luego los cambios, tanto los importantes como los menores, se realizaron durante la producción. Un rediseño de la torreta con una cúpula más baja y segura fue el cambio más significativo. Para recortar los costes, se eliminaron la capacidad de sumergirse y el sistema de filtrado del aire.


Fábrica del Tiger I.

La producción del Tiger I comenzó en agosto de 1942, y se construyeron 1.355 hasta agosto de 1944, cuando la producción fue cortada. Se inició la construcción de los tanques a un ritmo de 45 al mes, alcanzando el máximo en abril de 1944 con 104 al mes. El máximo número de tanques fue de 671 el 1 de julio de 1944. En términos generales, costaba el doble de tiempo construir un Tiger I que otro carro de combate alemán. Cuando empezó a producirse el Tiger II en enero de 1944, se detuvo la del Tiger I.


El Tiger I acentuaba la potencia de fuego y la protección a expensas de la movilidad. Los estudios para un nuevo carro de combate pesado comenzaron a finales de los años 1930, sin un plan de producción. El empuje definitivo para el Tiger I fue proporcionado por la calidad del T-34 soviético, aunque la necesidad de un carro más potente que los Panzer III y Panzer IV se hizo notoria tras enfrentamientos contra los Matildas y Churchills.

Aunque el diseño y la disposición general eran similares al del anterior tanque medio, el Panzer IV, el Tiger pesaba el doble. Esto se debía al blindaje sustancialmente más grueso, el cañón de mayor tamaño y, consecuentemente, un depósito mayor para combustible y munición, un motor más grande y una transmisión y suspensión más sólidas. El parecido físico hizo que en muchas ocasiones se confundieran los Panzer IV con los Tigers.


El Tiger I tenía un blindaje frontal de 102 mm de grosor, en comparación con los 80 mm de los últimos modelos del Panzer IV, y 80 mm en los laterales y la parte posterior. Esto era muy efectivo para detener balas antitanque de la mayoría de los cañones de la Segunda Guerra Mundial a distancias comunes de combate, especialmente desde enfrente. A distancias más cercanas y por los flancos, el tanque era más vulnerable. El blindaje superior era de 25 o 40 mm de grosor, similar al de los modernos tanques. El blindaje lateral fue una ventaja enorme frente al Panzer V Panther, que sufría demasiado con su escaso blindaje lateral (sólo 45 mm frente a los 80 mm del Tiger I).

Soldados inspeccionando un impacto en el blindaje de un Tiger I.

Al ser un tanque que entró en producción antes que el Panzer V Panther, y a diferencia de éste, su exterior contenía ángulos cazaproyectiles, por lo que la fortaleza del Tiger se basaba exclusivamente en su blindaje y la buena calidad de la aleación. El Tiger II o Königstiger sí fue diseñado con ausencia de huecos cazaproyectiles.

Las placas de blindaje eran planas, con una construcción entrelazada. Las uniones por soldadura eran también de alta calidad, siendo las partes divididas y soldadas en vez de remachadas. Un motor de gasolina en la parte posterior impulsaba los piñones delanteros, que estaban montados debajo del vehículo. Para la suspensión se utilizaron barras de torsión similares a las del Panzer III. La torreta dejaba un espacio libre de 157 cm. La recarga del cañón y el mecanismo de disparo eran derivados del famoso cañón antiaéreo 88.

El blindaje del tanque tenía un punto débil que los soviéticos descubrieron y explotaron. Los radiadores eran vulnerables a los disparos de fusil contracarro efectuados desde el lateral y la parte trasera. La infantería o los carros ligeros de protección no siempre estaban donde se les necesitaba, y cuando los Tiger debían moverse por posiciones ocupadas por la infantería rusa, ésta abría fuego graneado sobre las zonas vulnerables, poniendo a las moles en serios apuros.


Torreta separada para su mantenimiento.

El cañón del Tiger tenía una trayectoria muy plana y visores Zeiss TZF 9b muy precisos. En ensayos británicos durante la contienda, acertó cinco impactos sucesivos en un blanco de 40 × 45 cm a unos 1.200 m. Hay informes de tanques Tiger que alcanzaron a su enemigo a distancias mayores de una milla (1.600m aproximadamente), si bien la mayoría de los combates tenían lugar a distancias menores. En una ocasión se informó de un T34 destruido por un Tiger a una distancia récord de 3900 m, aunque claramente éste fue un tiro de suerte. La mayoría de los disparos se efectuaban entre 800-1200 m, pues la munición era cara y no se podían permitir desperdiciarla, así como sus enemigos podían abrir fuego antes sin dichos problemas.

El tamaño del Tiger forzó la introducción de nuevas y complejas tecnologías, planteando a los ingenieros una serie de desafíos técnicos que no fueron completamente superados. La torreta de 11 tm tenía un motor hidráulico accionado por el impulso del motor principal; incluso así, tardaba un minuto en poder hacer una rotación completa. El tanque tenía las ruedas de intervalo triples, por lo que conseguía mejor velocidad a través del campo, pero también hacía su mantenimiento más difícil. Una parte de la precisión de la artillería, además de las virtudes de las ópticas, la pieza y el entrenamiento, era el sistema de triple ajuste de velocidad de giro de la torreta. El artillero disponía de un sistema de "marchas" para regular la velocidad de giro de la torreta. Si la "marcha" más fina era la que se empleaba en la fase final del apuntado contra objetivos lejanos, la torreta tardaba casi un minuto en ejecutar una rotación de 360 grados, lo que facilitaba mucho la tarea de lograr impacto con el primer proyectil.

El sistema de disparo eléctrico también impresionó a las tripulaciones, y los proyectiles para el Tiger eran distintos de otros modelos de 88 mm, debido al sistema de ignición eléctrica del proyectil, muy útil sobre todo a partir de los 2000 m al eliminar la ligera imprecisión causada por la percusión mecánica del cartucho.


Reparación de las orugas del Tiger

Las ruedas de acero y goma estaban montadas en 16 ejes independientes, lo que proporcionaba una conducción suave y estable para un vehículo de gran tamaño. El sistema tenía sus desventajas: las ruedas podían llenarse de fango o nieve que podía congelarse. Los soviéticos descubrieron esto y en ocasiones decidían realizar los ataques por la mañana, cuando los Tiger estaban prácticamente inmovilizados, aunque fue una táctica empleada no sólo contra este tanque, sino incluso contra la infantería, que en muchos casos no podían disparar sus armas o arrancar sus vehículos. Pese a todo, el Tiger I fue uno de los diseños más fiables de todo el arsenal alemán.

Las orugas tenían un ancho de 725 mm. Para resolver las restricciones entre el peso y la superficie de las orugas, la fila externa de ruedas tuvo que ser eliminada, y se estrecharon las cadenas a 520 mm. El tanque era demasiado pesado para la mayoría de los puentes, así que fue diseñado para vadear hasta 4 m de agua. Esto requería mecanismos inusuales para la ventilación y refrigeración. Para realizar una sumersión se necesitaban unos 30 minutos de preparación. La torreta y el cañón debían estar en posición frontal y tapados.

Motor del Panzer VI Tiger

El tema del peso y los puentes hacía que, antes de planear una operación, fuera vital buscar puntos de cruce seguros, y pese a todo muchas veces no lo eran tanto. La presión que soportaban los ingenieros era muy intensa, ya que además de tener que acondicionar un puente para el paso de tal vez sólo 3 o 4 vehículos (por su gran efectividad los Tiger eran muy demandados, con lo que no era raro que se operase a nivel de 3-4 carros en apoyo de una zona, tener reunida una fuerza de más de una Compañía era motivo de alegría para las tripulaciones), el enfado del mando si la construcción cedía y el valioso Tiger se iba al agua solía ser notable. Con tiempo solían ser recuperables, pero los cruces de puente obligaban a que los compañeros del conductor descendieran del carro, se aligeraba el tanque lo más posible y avanzaba a paso de caracol, sin tocar marchas ni acelerador. Cuando había tiempo incluso se le descargaba munición y combustible, para aumentar las oportunidades de cruzar con éxito. Precisamente este factor hacía en ocasiones que el empleo del Tiger no fuese factible.

El carro era más móvil de lo que se cree, cosa muy distinta en el Tiger II. Como pasaba con todos los carros pesados, el fango era uno de sus principales enemigos. Cuando se operaba desde posiciones defensivas, era común que el comandante de cada carro se diese un paseo al amanecer para comprobar los efectos de las lluvias o el fuego de hostigamiento nocturno sobre el terreno. Sabedores de esto, a los rusos les gustaba lanzar fuego de mortero sobre cuellos de botella donde suponían que acechaban los Tiger, con la esperanza de "cazar" a algún comandante de carro, como en ocasiones conseguían.


La disposición interna era típica de los tanques alemanes. Delante estaba el compartimento de tripulación, con el conductor y el radio-operador sentados al frente. Detrás de ellos, el piso de la torreta, rodeado de paneles para formar un nivel de superficie continuo. Esto ayudaba al cargador a recuperar la munición que estaba guardada en ambos laterales. Dos hombres estaban sentados en la torreta: el artillero a la izquierda del cañón, y el comandante detrás de éste. El cargador disponía de un asiento retráctil en la torreta. La parte posterior tenía el motor flanqueado por dos compartimentos que contenía cada uno un tanque de combustible, un radiador y ventiladores.

Aunque el Tiger I era uno de los tanques más fuertemente armados y blindados de la Segunda Guerra Mundial y un oponente formidable para los tanques aliados, su diseño fue conservador y tenía fallos serios. Las placas de blindaje planas eran simples comparadas con el blindaje inclinado del T-34, requiriendo un incremento masivo del peso para proporcionar suficiente protección. El peso del tanque creaba desgaste en la suspensión, mientras que el sistema complejo de ruedas requería un mantenimiento exhaustivo. El sofisticado sistema de transmisión también era propenso a fallos.

Uno de los mayores problemas del Tiger I fue su alto coste de producción.
Los Tiger podían destruir a la mayoría de sus oponentes, los T-34, Sherman o Churchill IV a distancias superiores a 1.600 m. Como contraste, el cañón de 76,2 mm del T-34 no podía perforar al Tiger I frontalmente a cualquier distancia, pero podía penetrar el blindaje lateral a 500 m disparando la munición BR-350P APCR. El cañón de 85 mm del T-34-85 podía perforar al Tiger frontalmente a una distancia de 1.000 m, y en los lados a más de 1.000 m. El cañón de 122 mm del IS-2 podía destruir al Tiger I a distancias mayores de 1 km desde cualquier punto.

El cañón de 75 mm del M4 Sherman no podía penetrar frontalmente al Tiger a cualquier distancia y necesitaba estar dentro de los 500 m para conseguir una perforación lateral. El cañón británico de 17 libras del Sherman Firefly, disparando munición APDS podía destruir al tanque alemán a más de 1.500 m, aunque esta munición fue muy rara. El cañón de 76 mm disparando la munición común APCBC no podía perforar el blindaje frontal, y tenía que estar dentro del radio de los 1.000 m para un impacto lateral con éxito.

Tiger I en Túnez (enero de 1943).

Cuando las distancias se acortan, los cañones pueden realizar más daño. La potencia de fuego del Tiger I significaba que podía destruir a sus oponentes en distancias que ellos no podían responder efectivamente. En terreno abierto esta era su mayor ventaja táctica. Los tanques enemigos debían flanquear para poder destruir un Tiger, algo aplicable a la mayoría de los modelos pesados alemanes, que en los espacios cerrados eran fácilmente destruidos, pues su baja movilidad y velocidad los hacían vulnerables a las armas, que a cortas distancias sí eran letales.

El Tiger entró en acción por primera vez en septiembre de 1942 cerca de Leningrado. Bajo la presión de Hitler se puso al tanque en acción meses antes de lo planeado y los primeros modelos demostraron que eran mecánicamente frágiles. En su primera acción el 23 de septiembre de 1942, muchos de los primeros Tiger fueron destruidos. Otros fueron alcanzados por la artillería antitanque soviética. Uno de los tanques fue capturado prácticamente intacto, lo que permitió a los soviéticos realizar estudios y preparar una respuesta.

En los primeros combates en África del Norte, el Tiger podía dominar a los tanques aliados en terreno amplio. Sin embargo, los fallos mecánicos significaban que raramente podían entrar en acción. En una repetición de la experiencia de Leningrado, al menos un Tiger fue alcanzado por los cañones antitanque británicos de seis libras. Estas experiencias demostraron que las armas fabulosas no eran el sustituto de las tácticas correctas.

Tiger I en la Batalla de Kursk.

En la ofensiva de Kursk, el Tiger tuvo un gran éxito en combate. Entre el 1 de julio de 1943 y el 1 de septiembre del mismo año, el s.Pz.Abt 503 reclamó la destrucción de 501 carros de combate enemigos (en su mayoría T-34, pero también KV-1 y un pequeña porción de tanques anglo-americanos, de hecho unos 50 Churchill fueron desplegados en el sector central de la saliente y lo pasaron bastante mal en sus encuentro con la nueva generación de Panzer), 388 cañones antitanque (de 76,2 mm y algunos antiaéreos de 85 mm), 79 piezas de artillería pesada y 7 aviones, estos últimos destruidos aparentemente al arrasar un aeródromo. En el mismo período el batallón perdió 18 Tigres destruidos sin posibilidad de reparación, 7 de ellos incendiados.

El Tiger era más lento que la mayoría de los otros carros de combate de la guerra, pero tenía una velocidad típica para los tanques pesados y de apoyo de infantería. La velocidad máxima era de 38 km/h, comparada con los 37 km/h de su oponente más cercano, el IS-2, aunque rara vez se llegaban a estas velocidades debido a los problemas que generaba para todos los componentes mecánicos. Ambos eran más lentos que los tanques medianos y menos manejables.

El blindaje y la capacidad de fuego del Tiger eran temidos por todos sus oponentes. Una táctica aliada era enfrentarse al Tiger como un grupo, uno atrayendo la atención de la tripulación del Tiger, mientras que los otros atacaban por los laterales o la parte posterior, algo que ya hacían los Panzer III contra los primeros T-34. Ya que la munición y el combustible se guardaban en los laterales, una perforación lateral solía destruir al tanque. Aun así, los manuales de los carristas de los M4 Sherman decían que, para enfrentarse a un Tiger, debía realizarse por un grupo de 4 unidades y contar con perder al menos 3 (en el caso del Sherman Firefly).

Los Tiger eran utilizados en batallones de tanques pesados bajo el mando del Ejército. Se desplegaban en sectores críticos, para realizar operaciones de rotura del frente o contraataques. Algunas divisiones, como la División Großdeutschland o divisiones de las Waffen-SS, tenían un puñado de Tiger. El Tiger está asociado particularmente al SS-Haupsturmführer (Capitán) Michael Wittmann y el501° Batallón SS de Tanques Pesados, que fue uno de los comandantes de tanque más exitosos de la Segunda Guerra Mundial.

Unos diez comandantes de tanques Tiger tienen más de 100 bajas en su haber, incluyendo a Johannes Bölter con más de 139, Otto Carius con más de 150, Kurt Knispel con 168 y Michael Wittmann con 138.
El Tiger capturado en 1943

El Tiger capturado en Túnez en 1943, actualmente Museo del tanque de Bovington

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