lunes, 7 de enero de 2013

LUCIUS



Lucius fue antaño el Capitán de la 13ª Compañía de la Legión de los Hijos del Emperador. Sirvió junto a su amigo y camarada oficial Astartes, el Capitán Saul Tarvitz de la 10ª Compañía, durante la Gran Cruzada del M31. Su amistad con Tarvitz a menudo dejaba ver los fallos de carácter que llevaron a la condenación final de Lucius. Mientras que Tarvitz era un Astartes maduro y reservado, a menudo Lucius era infantil y egoísta, aunque ya era conocido dentro de su Legión como un magnífico espadachín.

El carácter de Lucius cambió enormemente durante los primeros días de la Herejía de Horus. El cambio más obvio fue la aparición de las cicatrices que se grabó ritualmente en su rostro, pasando de ser un Marine Espacial sin tacha a un tirano corrupto que se gloriaba en la sensación de administrar dolor. Las razones registradas de esta desfiguración han variado. Algunos afirman que expresan la "devoción y piedad" de Lucius hacia los Dioses del Caos, y otros que buscaban acabar con los comentarios sobre que parecía más un jovencito que un guerrero. En realidad, Lucius conoció a una Rememoradora y pintora corrompida por Slaanesh que acompañaba a la 28ª Flota Expedicionaria llamada Serena D'Angelus. Tras mostrar a Lucius sus brazos cubiertos de terribles cicatrices, le explicó que cada una de ellas era un recuerdo de sus víctimas. Lucius, a quien le había partido la nariz Garviel Loken de los Lobos Lunares, entendió que su apariencia nunca volvería a ser perfecta, así que se hirió la cara sin remordimientos. A partir de este encuentro añadió una cicatriz a su cuerpo cada vez que se encontró a un oponente digno, como cuando se enfrentó a su antiguo camarada y mejor amigo, Saul Tarvitz.



Lucius, durante la Gran Cruzada.

El descenso de Lucius a las garras del Caos no hizo sino profundizarse durante la Batalla de Istvaan III, después de que Horus traicionase a los Leales de sus propias Legiones Traidoras para limpiar sus filas de todos aquellos que aún pudieran seguir fieles a la voluntad del Emperador. En un principio obligado a luchar en el bando de los Astartes Leales durante los tres meses de combates sobre aquel devastado mundo porque su amistad con Saul Tarvitz había hecho creer a los líderes de su Legión que no apoyaría su decisión de traicionar al Emperador, al final el orgullo y la envidia de Lucius se apoderaron por completo de él. Lucius llegó a resentirse por el papel de Tarvitz en su éxito contra el enemigo y por el respeto que obtenía de los demás Astartes Leales. Lucius contactó con el Lord Comandante Eidolon y le prometió entregarle a Tarvitz y romper las defensas de los Leales para el Señor de la Guerra a cambio de ser reaceptado en la III Legión. Eidolon aceptó la propuesta. Lucius masacró a un grupo de 30 Astartes que estaban defendiendo las líneas Leales para abrir paso al ataque final de los Traidores contra sus antiguos hermanos. Lucius tuvo éxito en este asesinato por la ayuda del Capitán Solomon Demeter de la 2ª  Compañía de los Hijos del Emperador, quien también había permanecido Leal y que se dio cuenta demasiado tarde de que Lucius le había engañado para que atacase a un grupo de Leales. Lucius mató al herido Demeter justo después de que se diera cuenta con horror de toda la gravedad de su equivocación y de la traición de Lucius. Con su lugar restaurado entre las filas de los Traidores, Lucius retó entonces a Tarvitz a un combate singular para determinar de una vez cuál de los dos era mejor guerrero. Tarvitz resultó victorioso, pero Lucius huyó de la batalla y regresó al seno de su Legión Traidora con su parte del trato cumplida.


lTras la Masacre del Desembarco en Istvaan V, los Astartes de la III Legión no se dieron cuenta alguna de que su amado líder estaba arañando inútilmente a las ataduras que le mantenían atrapado dentro de su propia mente. Solo Lucius pareció notar que algo no iba bien con Fulgrim, pero ni siquiera él dijo nada. El Demonio-Fulgrim había sentido el floreciente toque disforme sobre el espadachín y le había regalado la Espada Demoníaca plateada dentro de la cual los Laer habían infundido un fragmento de su esencia, pues ahora blandía el mucho más potente Anatham Kinebrach, un regalo de Horus. Aunque la Espada Demoníaca Laer estaba vacía ahora de su espíritu, aún había poder en su filo, un poder que haría más fuerte a Lucius en los años de muerte que vendrían.

Tras el cónclave a bordo de la nave insignia de Horus, el Demonio-Fulgrim y la Legión de los Hijos del Emperador recibieron órdenes de ir a Marte a reforzar a sus partidarios en la guerra civil del Adeptus Mechanicus. Pero en lugar de seguir las órdenes de su hermano, el cada vez más veleidoso Primarca decidió desobedecer, y en lugar de eso ordenó a su Legión que atacase un Mundo Minero dedicado a la extracción de cristal para el Adeptus Mechanicus, llamado Prismatica V. Incapaz de manejarse con el caprichoso temperamento de su señor ni con el del resto de oficiales superiores de la Legión, el Lord Comandante Eidolon cuestionó las órdenes del Primarca. Esto resultó ser un trágico error de cálculo por parte de Eidolon. Incapaz de aplacar a su enfurecido señor, las pocas palabras que logró decir en su defensa provocaron aún más al Primarca. Paranoico, Fulgrim creyó que el Lord Comandante se estaba burlando de él y planeaba traicionarle. Más rápido de lo que el ojo humano podría seguir, desenvainó el Anatham y mató a su antiguo hijo favorito. Entonces sostuvo la cabeza cortada de Eidolon sobre los barriles abiertos del vino de la victoria, mezclando la viscosa sangre que goteaba del macabro trofeo con la potente bebida, que después fue compartida entre los oficiales del círculo interior de la III Legión.



Lejos de preocuparse por la muerte del despreciado Eidolon, el ascendiente campeón de los Hijos del Emperador tomó nota del nuevo ejemplo del crecientemente voluble comportamiento de Fulgrim. Meditando sobre los cambios de su señor, Lucius se sintió empujado a investigar más después de recibir una serie de oscuros sueños relacionados con el retrato del Primarca que colgaba en La Fenice, zona que había sido acordonada y sellada por un destacamento de la Guardia del Fénix después de que la Maraviglia hubiera ejercido su corruptora influencia sobre la Legión. Preocupado ya por el errático comportamiento y los extraños humores de su señor, Lucius procedió a estudiar todos y cada uno de los movimientos de su Primarca. Sus preocupaciones aumentaron más todavía cuando se dio cuenta de la falta de camaradería y de respeto por los rituales y tradiciones de la Legión de su Primarca. Pero lo que de verdad disparó las sospechas de Lucius fue el descubrimiento de que la habilidad con la espada de Fulgrim era repentinamente inferior a sus propias habilidades. Su Primarca no era quien parecía ser. Su suspicacia se vio confirmada cuando vio a Fulgrim emplear poderosas habilidades psíquicas en combate abierto contra un Titán ligero Warhound del Adeptus Mechanicus durante el ataque de la III Legión a Prismatica V.

Equipo

Lucius es capaz de reencarnarse constantemente en el cuerpo de cualquier enemigo que logre matarle, lo que le convierte en un ser prácticamente inmortal. Siempre que el asesino sienta aunque solo sea una pizca de satisfacción por la victoria, el resultado inevitable será la transformación del cuerpo del vencedor y el encierro de su alma dentro de la Armadura Artesanal de Lucius. Esta servoarmadura está alimentada por las miles de almas atrapadas en su interior, lo que le otorga una mayor protección contra cualquier enemigo.

Lucius va armado con una antigua Espada de Energía y su arma demoníaca personal, el Látigo de Tormento. Hace milenios, tras la Masacre del Desembarco en Istvaan V, el Gran Demonio de Slaanesh que poseyó el cuerpo del Primarca Fulgrim regaló a Lucius la Espada Demonio que Fulgrim había recuperado del mundo natal de los xenos Laer, como señal de su favor. Esta exquisita espada alienígena de un solo filo curvo había contenido la esencia capturada del Demonio que poseyó a Fulgrim, pero perdió mucho de su poder después de que la entidad la abandonase para habitar el cuerpo del desafortunado Primarca. Ahora la espada no es más que una ordinaria Espada de Energía, pero en las manos de Lucius sigue siendo más letal que ningún otro filo jamás forjado.

Lucius también porta la Marca de Slaanesh sobre su armadura de almas aullantes, está equipado con drogas de combate Slaaneshi para aumentar las sensaciones de la batalla, y su fuerza se alimenta de la energía aportada por el favor de Slaanesh. Lucius ha mutado considerablemente a lo largo de los milenios pasados desde su caída al Caos, y entre los "dones" que ha recibido del Príncipe del Placer se encuentran un par de pezuñas hendidas de cabra.


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