lunes, 14 de enero de 2013

Primera de las historias


Para participar en la actividad de samurais ,he propuesto a mis nanos realizar una pequeña historia ,
dicen que hagas lo que hagas si despiertas la imaginacion de un  niño as triunfado , yo me siento realizadisimo , son mi pequeño orgullo.



Kenata
Una vez vivió en la antigua China un samurái diferente a sus compañeros. El se llamaba Kenata, al ver su forma de pelear los sacerdotes comentaban:
-¡Esa espada se la otorgaron los divinos dioses de la naturaleza occidental!
Un día Kenata decidió hablar con el gran mago de su villa y así le preguntaría si era verdad lo que decían los sacerdotes y curas de otras villas al verle luchar.
-¿Es verdad aquello que cuentan los sacerdotes de los pueblos vecinos?
-Puede que tengan razón, cuenta una leyenda muy antigua que aquel con gran habilidad para luchar tendría que aprender una forma de lucha, es decir: samurái, guerrero, mago, sacerdote o ladrón. Si yo fuera tu elegiría samurái es una técnica que dominarías más fácilmente que otras personas del mundo, ya que has nacido en China, que está cerca de Japón y quien nace en un país que este cerca de Japón será un maestro de los samuráis. Además un viejo pueblerino procede de Japón y se rumorea que sabe el arte samurái puede que él te pueda ayudar.
-Iré a visitarle, muchas gracias.
Gracias a la información que le dieron los pueblerinos, pudo descubrir todo lo que necesitaba saber sobre el hombre venido de Japón.
A la mañana siguiente, después de desayunar rápidamente, Kenata se dirigió hacia la casa del hombre del que hablaba el gran mago que vivía en su villa.
Kenata toco una rígida puerta de madera y una grave voz dijo desde dentro de la casa:
-¿Quién es?
-Me llamo Kenata -se presentó- tengo entendido que usted es de Japón.
-¿Qué quieres chico?- volvió a preguntar la misma voz desde dentro de la casa que tenía Kenata enfrente.
-Quiero que me enseñe el arte samurái
-Estoy demasiado viejo para esa cosa, pero bueno pasa, te intentaré ayudar.
La puerta se abrió con un chirrido insoportable, y un hombre con un kimono amarillento le invito a pasar a la pequeña casa de madera.
Kenata no se lo pensó dos veces y acepto la invitación de aquel anciano, que tendría uno 80 años.
El interior de la casa parecía más grande de lo que aparentaba por fuera. En la habitación principal de la casa, era el salón en el que había dos mesas, en una de ellas estaba la tele y en otra un jarrón con cuatro flores amarillas, alrededor de la mesa con el jarrón había cuatro sillas, una a cada lado y por ultimo en la pared, había un cuadro en el que aparecía  el hombre venido desde Japón, con nos adolescentes más jóvenes que él.
-Intentaré enseñarte algo, pero tienes que hacerme una promesa: los alemanes están planeando atacar a Japón y quiero que tú dirijas al ejército japonés y que luches junto a él.
-Te lo prometo.
Fue un año duro de entrenamiento, el adiestramiento de un samurái podía durar hasta siete años pero gracias a que Kenata aprendía rápido, solamente duro un año.
Unas semanas después empezó el ataque alemán y el entrenador de Kenata le dijo esto:
-Ha empezado la guerra entre Alemania y Japón debes partir hacia la guerra yo me encargare de avisar al rey de Japón que tu dirigirás a su ejército.
-Muchas gracias, te agradezco todo lo que me has enseñado en todo este año.
-Ahora debes irte te he dejado un caballo en la entrada de la aldea, cuando llegues al puerto debes coger el barco que está atracado en la segunda vía, ¡mucha suerte!
-¡Adiós!
Después de decir estas palabras, Kenata salió de la casa, y siguió las instrucciones que le dio su maestro. En el puerto un anciano de bigote gris le recogió, decía que hablaba en nombre de Japón entera y que le debería acompañar para llegar al lugar donde se iba a desarrollar la guerra en unas 10 horas.
Kenata siguió a aquel anciano con paso firme, admirando las maravillosas construcciones que se encontraban en aquella villa.
Había llegado la hora, el ejercito de Japón en frente del ejercito de Alemania. Kenata espero el momento oportuno, y con un gran grito ordeno a sus soldados que atacaran.
Fue una guerra intensa, duro 2 días. El ejército japonés había salido victorioso, lo cual no esperaban el ejército japonés. Kenata fue declarado rey y reino con gran sabiduría durante muchos años.
Iker Hidalgo

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