miércoles, 24 de abril de 2013

kairos









La visión de Tzeentch abarca el pasado y el presente, pero el futuro es distinto. Existen infinitos futuros, fragmentados en hebras que siempre están cambiando. Los eventos presentes generan miles de hebras nuevas, que se entrelazan con otras miles creadas por cada ser viviente que existe en el universo. Ni tan siquiera el Gran Hechicero puede retenerlas todas en su cabeza. Este límite siempre ha preocupado a Tzeentch. Así pues, el Señor de la Mutación se dirigió al Pozo de la Eternidad, donde el espacio y el tiempo se crean y acaban. Pero no osó entrar en él. El Gran Hechicero, a pesar de su poder, no estaba seguro de poder sobrevivir a las corrientes del infinito. El pozo de la Eternidad dominaba sus pensamientos, pues era la llave para resolver el único acertijo que se le resistía, el único secreto que no podía conocer. Envió a los más poderosos y leales de sus Grandes Demonios, pero ninguno regresó de entre las corrientes fluctuantes del pozo.

Exasperado, Tzeentch agarró a su visir Kairos y lo lanzó al pozo. Para alegría de Tzeentch, el Demonio sobrevivió, aunque por poco. Su cuerpo se había convertido en el de un jorobado anciano, un envejecimiento antinatural para una criatura inmortal como él. Sus poderosas extremidades se habían reducido a meros vestigios. El cambio más extraño fue que la cabeza y el cuello se habían dividido en dos, otorgándole al visir dos cabezas que actuaban independientemente y se intercambiaban información del futuro. Tejedestinos ha sufrido muchas mutaciones y transformaciones desde que el Señor de la Mutación lo introdujese en el Pozo de la Eternidad

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Kairos puede ver cosas ocultas incluso a Tzeentch. Su cabeza derecha ve los futuros posibles tan claramente como el día. Ninguna maquinación se oculta de su mirada y las infinitas posibilidades del mañana cristalizan en hechos irrefutables. La cabeza izquierda ve el pasado sin las pequeñas deformaciones de la perspectiva o la visión sesgada.Skarbrand y Kairos.Ahora Kairos se sienta a la diestra del Señor de la Mutación. Nueve veces nueve Señores de la Transformación transcriben las palaras del oráculo utilizando plumas de sus alas y sangre de Tzeentch como tinta. Cada una de estas profecías es una pieza importante en las eternas intrigas de la corte de Tzeentch, aunque éste no se preocupa por estas intrigas, ya que cada fragmento del futuro escrito por sus Demonios pasa a formar parte de su conocimiento, y su entendimiento de la eternidad cada vez es más completo. Unos pocos individuos muy poderosos han conseguido audiencias con Tejedestinos, después de hazañas míticas en el nombre de Tzeentch. Se trata de una gran bendición, pues el Oráculo conoce la respuesta a todas las preguntas y una de sus cabezas siempre dice la verdad. La otra simultáneamente da respuestas contradictorias, falsas pero igualmente creíbles. El dilema deja invariablemente al peticionario confundido e incluso totalmente desesperado. Kairos Tejedestino es un hechicero sobrenatural que tiene la habilidad de percibir eventos del pasado y del futuro. En el campo de batalla es capaz de doblegar la realidad a su antojo, asegurándose de que los eventos que tienen que ocurrir, están sujetos a la voluntad de su maestro, Tzeentch.

En raras ocasiones envía Tzeentch a Kairos al campo de batalla, donde es conocido como Tejedestinos. Allí utiliza sus poderes mágicos y su presencia para influir en el curso de la batalla. Torrentes de energía disforme son liberados sobre el enemigo, deformando y transformando el propio campo de batalla. Los guerreros mortales disparan y golpean a Kairos y su escolta en vano, ya que saben exactamente cómo moverse para evitar los disparos o el filo de sus armas. Pero este regalo tiene una consecuencia: si Kairos sufre algún daño, regresará a la Disformidad, temeroso de que su traicionero amo le haya ocultado el futuro.



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