La gran guerra de los pandas (Parte 1)
Nos situamos en la quinta
era de los pandas, concretamente en la región de Pandaria. En el templo del
maestra Shen Ji hay un joven panda entrenando cuyo nombre es Ying Ho. Aunque
tan solo tenga ocho años hace genialidades con la espada y su maestro tiene
esperanza en que al crecer sea un gran luchador, y que luche en la gran guerra
panda junto a ellos.
Nuestro joven guerrero
entrena duro todos los días hasta que un día, cuando el panda tiene 16 años
inscribe al joven luchador en el torneo del pueblo. Con gran facilidad vence al
primer rival, al segundo y de esa manera se convierte en el mejor luchador de
su pueblo así mismo clasificándose para el torneo de la región.
El panda no está muy
seguro de poder ganar el torneo pero junto con la fe de su maestro sigue
adelante. Su primera batalla es contra uno de los pandas con quien compartía
colegio y era muy amigo. Pero la decisión de mudarse de su madre les separó. A
pesar de todo eso era agua pasada y sabe que su amigo también luchara con todas
sus fuerzas, no por cuestión de rivalidad, por honor a su pueblo y patria.
Tras vencer a cinco
pandas Ying Ho está situado en la final. El otro finalista también es un
compañero de colegio, pero al contrario del anterior, con este no compartía
amistad, sino una gran enemistad por el torneo infantil de su colegio.
Llega el día de la final,
su oponente, Zhang Nhei, ya está en el tatami, entrenando. Tras una hora de
largo entreno los dos pandas están preparados. En los vestuarios charlan un
poco y se ríen recordando momentos del pasado, y los dos se dan cuenta de que
podían haber sido muy amigos en el colegio si no fuera por el torneo de su
colegio.
Antes de salir al tatami
los dos se da la mano y mucha suerte. El combate duro media hora, finalmente
nuestro amigo Ying Ho sale victorioso. Su rival, no está enfadado, ni mucho
menos, al contrario, esta halagado por haber podido disfrutar de un combate tan
maravilloso.
Nuestro protagonista ya
tiene 20 años y está en forma, sigue entrenando todos los días como lo hacía
desde los ocho años. Ya ha sido campeón de su región cuatro veces consecutivas
pero aun así sigue entrenando con esperanzas de que sea elegido para participar
en la batalla de los pandas. Su maestro está muy orgulloso de su alumno.
Un martes a las 8 de la
mañana le llaman a la puerta y detrás de ella esta Ghez Li, el coronel de la
tropa japonesa de los pandas. Al verle, Ying Ho le hace una reverencia y tras
terminarla y levantarse el coronel le dice que ha sido seleccionado para el ejército
de su país. Disfrazando su ilusión le da las gracias y se despide de él.
Cuando el maestro oye la
noticia de que su alumno ha sido seleccionado para el ejército le felicita y el
día preciso de la marcha del guerrero su maestro le dice esto:
“Si quieres ser buen
guerrero que todos los días entrenes te sugiero”
Con estas palabras el
maestro se despide y el guerrero parte hacia su destino.